domingo, 18 de mayo de 2014

EL TABERNÁCULO: 3ª PARTE



EL TABERNÁCULO 3ª Parte


*EL LUGAR SANTÍSIMO

En el Lugar Santísimo encontramos: El Arca, El Propiciatorio (la tapadera del Arca), y Los querubines.

El Lugar Santísimo estaba separado del Lugar Santo por el Velo que representaba la humanidad de Cristo. De la manera que esta Cortina tapaba e impedía el acceso al Trono de Dios, así mismo, Cristo es la única Puerta a través de la cual podemos llegar al Padre, y esto ocurrió cuando su sacrificio en la Cruz fue consumado, es decir, que en ese mismo momento el Velo de separación se rasgó y dejo al descubierto el Lugar Santísimo, lo que significaba que con la muerte de Cristo, todos tenemos libre acceso a su Trono de Gracia, Él pagó nuestro rescate con su vida y nos reconcilió nuevamente con Dios.

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron” Mateo 27: 50-51


El lugar llamado Santísimo, era el aposento occidental del Tabernáculo, y separado del lugar Santo por un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido hecho de obra primorosa con querubines (que ya explicamos en la 2ª parte de este estudio), que colgaba de cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro, con sus capiteles también de oro sobre basas de plata. Tenía la misma altura y anchura que el lugar Santo, es decir diez codos (4,5 m), y como el Velo colgaba debajo de los corchetes de oro que juntaban las cortinas del Tabernáculo, queda determinada su longitud, que también era de diez codos es decir de 4,5m; lo que formaba un cubo o dado perfecto de diez codos.

Las dos paredes laterales y la pared del fondo era de tablas de madera de acacia de una altura de de 10 codos cubiertas de oro; su techo, de las cortinas de lino fino; y su parte delantera del Velo que separaba los dos lugares.

En este aposento fue colocada el Arca del Testimonio con su cubierta llamada también Propiciatorio. En este lugar Santísimo entraba solamente el sumo sacerdote, y esto ocurría una vez al año, en el día de la Expiación, cuando presentaba la sangre de la víctima por el pecado del pueblo.


EL ARCA 

El Arca era el mueble más sagrado del Tabernáculo. Estaba hecho de madera de acacia y cubierto de oro puro por dentro y por fuera. Su longitud era de 2,5 codos X 1,5 de ancho X 1,5 codos de alto (1,12 m de largo X 0,68 cm de ancho X 68 cm de alto). Como ya hemos visto anteriormente tenía la misma altura que el enrejado del Altar del Holocausto.

El uso especial de este mueble era el de guardar las dos tablas de la Ley, una porción de maná y la vara de Aarón que había reverdecido.

Tenía en la parte superior una cornisa o banda de oro que la rodeaba y que servía según el significado hebreo para ligar o afianzar el Arca. También tenía dos anillos en los lados para colocar las varas que la transportaban.

EL PROPICIATORIO

El Propiciatorio era la tapadera del Arca
En el original expresa la idea de expiación de pecado, era una plancha de oro fino de la misma medida del Arca, es decir 2,5 codos de largo X 1,5 codos de ancho (1,12 m de largo X 68 cm de ancho). Este se encajaba dentro de la cornisa o cerco que rodeaba el Arca y así quedaba ligada o afianzada en su lugar. No tenía madera en su construcción, manifestando que la obra del propiciatorio es obra Divina. Fue labrado a martillo, tipificando los sufrimientos de Cristo para expiar el pecado. La sangre rociada sobre el Propiciatorio nos recuerda que la misericordia está basada sobre la justicia.

Encima de esta tapadera era donde se manifestaba la gloria de Dios en forma de columna de fuego durante la noche y nube en el día, que se veían afuera, símbolo de la Presencia de Dios.


LOS QUERUBINES



Cubriendo el Arca se encontraban dos figuras de oro llamadas “Querubines”. Fueron hechos de una pieza con la cubierta o tapadera, con sus alas extendidas por encima, cubriéndola, y sus rostros, el uno enfrente del otro mirando la cubierta.

Dios moraba entre los querubines y desde allí se comunicaba con los sacerdotes.

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.” Ex. 25: 22


*El Arca, con el propiciatorio y los dos querubines, tenía la semejanza de un trono y desde allí hablaba con Moisés, el único que podía entrar en cualquier momento a su presencia sin sacrificio. Moisés es tipo de Cristo como mediador entre Dios y el hombre. Aarón, Sumo Sacerdote, podía entrar una vez al año con sangre del sacrificio.

*El Propiciatorio habla de la misericordia de Dios manifestada hacia el hombre, en Cristo.
*Los Querubines indicaban la misericordia y gracia de Dios cubriendo su pueblo.
*El trono de Dios es para nosotros el “Trono de Gracia”.
*Del corazón de Dios (el interior del Arca) salió la Ley para guiar a su pueblo, el alimento para que no pereciera y la autoridad de ser sus escogidos.


Cuando el sumo sacerdote de Israel se presentaba en el lugar santísimo, en el día de la expiación, con la sangre de la víctima por el pecado en favor del pueblo, era una figura y representaba a nuestro Señor Jesucristo, quien después de su muerte en la cruz, y resucitado de entre los muertos, entró en la presencia de Dios en favor de los suyos, habiendo expiado el pecado de ellos. En el tiempo de las sombras se repetían estos sacrificios todos los años, y la misma repetición demostraba su ineficacia, como dice Pablo, que si hubiesen podido estas figuras quitar el pecado, habrían cesado de ofrecerse.
En este particular resalta el contraste entre la realidad el sacrificio de Cristo y las sombras del culto de entonces. Y por lo tanto, en virtud de esta perfecta obra de redención por la sangre de Cristo, puede decir el Apóstol en su epístola a los hebreos:

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hebreos 10: 19-22

En el momento solemne de la muerte de Cristo, cuando dijo: Consumado es, el velo del templo se rompió en dos, de arriba abajo, y el lugar y el lugar santísimo quedó descubierto, ensenando Dios por este hecho que su corazón quedaba abierto a nosotros con todas sus bendiciones. Para eso fue preciso , no solo que el Verbo fuese hecho carne y que habitase entre nosotros, sino que nuestro pecado fuese cargado en El, y que Él, fuese herido por Dios en lugar de nosotros los pecadores, de este modo demostró Dios cuanto aborrecía el pecado y cuanto amaba al pecador, el cual no solo es perdonado, sino acercado a su misma presencia sin Velo de separación.



Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre. Hebreos 7: 22-28


RESUMEN


*En el Atrio vemos a Cristo tomando sobre sí el pecado del mundo y derramando su sangre por cada uno de nosotros.

*En el Lugar Santo y después de consumado el sacrificio, le vemos como la Luz, el alimento y quien intercede por su Pueblo.

*En el Lugar Santísimo es Cristo glorificado en su trono, en los lugares celestiales, donde nos ha hecho sentar con Él por medio de su muerte y resurrección.

Así mismo, el cristiano, al creer en Cristo y ser lavado y purificado por la Palabra en el “Atrio”, es hecho sacerdote del Dios Altísimo para mediar entre Dios y los hombres en el “Lugar Santo”.
Y no solo eso, sino que ahora a través de la muerte y resurrección de Cristo, el cristiano puede entrar libremente a la presencia de Dios, al “Lugar Santísimo”, pues la sangre de Jesús nos justifica de todo pecado.

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4: 15-16




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1 comentario:

  1. Nunca imaginé que el estudio del Tabernáculo fuera tan fascinante!! Que bueno leer la Palabra y poder entenderla!!

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