1.
NOÉ
Noé
significa "descanso", Tranquilidad". Era hijo de
Lamec, descendiente de Set. Todo lo que sabemos de el se encuentra en
el libro de Génesis capítulos del 5 al 10.
Génesis
6: 5- 8
5.Y
vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal.
6.Y
se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió
en su corazón.
7.Y
dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que
he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las
aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
8.Pero
Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
La
Biblia nos habla que en los tiempos de Noé la tierra estaba llena de
violencia y corrupción. La maldad era tal que Dios se entristeció
y decidió destruir de la faz de la tierra toda vida creada; pero
Noé, dice, halló gracia ante los ojos de Jehová, es decir, que
solo una persona había sido hallada justa, y movido a compasión
decidió salvarla junto a su familia.
No
tenemos mucha información respecto de este hombre, excepto lo que la
Palabra de Dios dice en el libro de Génesis en los capítulos del 5
al 10. Es fácil pensar que la vida de este personaje no fue fácil,
si meditamos un poco nos daremos cuenta lo complicado que tuvo que
resultarle vivir en una sociedad corrupta, llena de violencia e
inseguridad y mantenerse limpio e integro sin caer en los mismo
pecados y vicios que sus vecinos. Posiblemente sufrió en sus carnes
y fue testigo de numerosas injusticias que le llevarían en medio de
su angustia e impotencia a clamar a Dios y a esperar en Él.
Y
aunque a veces Dios tarda en responder a nuestras oraciones,
ciertamente que no se olvida de nosotros y en su tiempo responde.
La
fidelidad de Noé le valió que Dios no destruyera totalmente la
vida creada y le salvara junto con su familia y una representación
de animales que después del diluvio poblarían nuevamente la tierra.
Obedeciendo
el mandato de Dios, se pone manos a la obra y comienza a construir un
arca de dimensiones gigantescas que tardó cien años en terminarla.
Si ya era difícil mantenerse firme ante una sociedad depravada y
violenta, imagina las burlas, los insultos y las amenazas que tuvo
que sufrir durante los cien años que duró su construcción, entre
otras cosas porque no sería agradable a las gentes de su época
recibir la noticia de que la tierra iba a ser destruida por causa de
su maldad y que solo se salvarían Noé y su familia. Vivir cien años
bajo esa presión y seguir adelante sin tirar la toalla nos revela a
un hombre lleno de fe y de una gran perseverancia, cuyo resultado
fue el pacto que Dios hizo con el y sus descendientes de no volver a
enviar un nuevo diluvio que destruyera la tierra.
Génesis
9: 8-11
8.Y
habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
9.He
aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros
descendientes después de vosotros;
10.y
con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda
bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que
salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
11.Estableceré
mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas
de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
Sin
embargo, Noé no era un hombre perfecto, como todo ser humano, tenía
sus pasiones, sus debilidades..., y prueba de ello fue el triste
acontecimiento que relata la Biblia de su embriaguez y como fue
sorprendido desnudo por su hijo Cam, quien de inmediato contó a sus
hermanos el estado lamentable de su padre. Noé, molesto por lo
sucedido, al dirigirse a sus hijos maldice a Canaán (hijo de Cam) y
bendice a Sem y a Jafet, con palabras proféticas cuya
transcendencia fue de gran importancia si tenemos en cuenta que
mucho tiempo después los descendientes de Canaán (Cananeos,
sidonitas, Amorreos, jebuseos, fenicios...) pelearían contra los
descendientes de Sem.
¿Por
qué Noé maldice a su nieto en vez de a su hijo que fue el causante
de su malestar?
No
tenemos una respuesta en la Biblia al respecto, pero es de suponer
que si en Génesis 9: 1 Dios Bendice a Noé y a sus hijos, este, no
se atreviera a maldecir a quien ya Dios había bendecido.
Sus
palabras fueron proféticas y se cumplieron en el tiempo.
Génesis
9: 20-27
20.Después
comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;
21.y
bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su
tienda.
22.Y
Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus
dos hermanos que estaban afuera.
23.Entonces
Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros,
y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo
vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.
24.Y
despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su
hijo más joven,
25.y
dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.
26.Dijo
más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
27.Engrandezca
Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su
siervo.
CONCLUSIÓN
Noé
creyó a Dios y a pesar de la oposición que encontró en el camino
no desistió de luchar para mantenerse integro. No somos muy
diferentes de el, vivimos tiempos donde la falta de fe, la corrupción
y la violencia van en aumento, es difícil no contaminarse en medio
de tanta podredumbre, pero si nuestra fe está bien cimentada
podremos perseverar y salvar nuestra vida y quien sabe si con nuestra
actitud y ejemplo contribuimos sin saberlo a salvar la vida de
muchos.
Cuando
Noé se embriagó, no fue un pecado propiamente dicho, en realidad
fue una pequeña debilidad que se permitió como consecuencia de que
estaba contento de recoger el fruto de su viña. La tierra estaba
tranquila, no tenía luchas ni problemas, en realidad se podría
decir que tenía mucho tiempo libre para estar ocioso.
La
ociosidad es peligrosa, diría que es más fácil mantenernos firme
en las pruebas y desiertos que en los tiempos de bonanza y reposo,
pues al relajarnos bajamos la guardia y nos hace vulnerables a caer
en cualquiera de las tentaciones que se nos presentan.
Fruto
de esa ociosidad Noé se embriagó y maldijo a su nieto y a su
descendencia.
Cuidemos
nuestra actitud y nuestras palabras las cuales tienen mucho poder,
tanto para bueno como para malo, y cuidemos también que la
ociosidad no gobierne nuestras vidas, sino que por el contrario,
seamos diligentes y solícitos en hacer lo bueno delante de Dios y de
los hombres.
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