domingo, 20 de marzo de 2016

PERSONAJES DE LA BIBLIA (1): NOÉ




1. NOÉ
Noé significa "descanso", Tranquilidad". Era hijo de Lamec, descendiente de Set. Todo lo que sabemos de el se encuentra en el libro de Génesis capítulos del 5 al 10.

Génesis 6: 5- 8
5.Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6.Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7.Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
8.Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

La Biblia nos habla que en los tiempos de Noé la tierra estaba llena de violencia y corrupción. La maldad era tal que Dios se entristeció y decidió destruir de la faz de la tierra toda vida creada; pero Noé, dice, halló gracia ante los ojos de Jehová, es decir, que solo una persona había sido hallada justa, y movido a compasión decidió salvarla junto a su familia.

No tenemos mucha información respecto de este hombre, excepto lo que la Palabra de Dios dice en el libro de Génesis en los capítulos del 5 al 10. Es fácil pensar que la vida de este personaje no fue fácil, si meditamos un poco nos daremos cuenta lo complicado que tuvo que resultarle vivir en una sociedad corrupta, llena de violencia e inseguridad y mantenerse limpio e integro sin caer en los mismo pecados y vicios que sus vecinos. Posiblemente sufrió en sus carnes y fue testigo de numerosas injusticias que le llevarían en medio de su angustia e impotencia a clamar a Dios y a esperar en Él.
Y aunque a veces Dios tarda en responder a nuestras oraciones, ciertamente que no se olvida de nosotros y en su tiempo responde.
La fidelidad de Noé le valió que Dios no destruyera totalmente la vida creada y le salvara junto con su familia y una representación de animales que después del diluvio poblarían nuevamente la tierra.
Obedeciendo el mandato de Dios, se pone manos a la obra y comienza a construir un arca de dimensiones gigantescas que tardó cien años en terminarla. Si ya era difícil mantenerse firme ante una sociedad depravada y violenta, imagina las burlas, los insultos y las amenazas que tuvo que sufrir durante los cien años que duró su construcción, entre otras cosas porque no sería agradable a las gentes de su época recibir la noticia de que la tierra iba a ser destruida por causa de su maldad y que solo se salvarían Noé y su familia. Vivir cien años bajo esa presión y seguir adelante sin tirar la toalla nos revela a un hombre lleno de fe y de una gran perseverancia, cuyo resultado fue el pacto que Dios hizo con el y sus descendientes de no volver a enviar un nuevo diluvio que destruyera la tierra.
Génesis 9: 8-11

8.Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
9.He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;
10.y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
11.Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

Sin embargo, Noé no era un hombre perfecto, como todo ser humano, tenía sus pasiones, sus debilidades..., y prueba de ello fue el triste acontecimiento que relata la Biblia de su embriaguez y como fue sorprendido desnudo por su hijo Cam, quien de inmediato contó a sus hermanos el estado lamentable de su padre. Noé, molesto por lo sucedido, al dirigirse a sus hijos maldice a Canaán (hijo de Cam) y bendice a Sem y a Jafet, con palabras proféticas cuya transcendencia fue de gran importancia si tenemos en cuenta que mucho tiempo después los descendientes de Canaán (Cananeos, sidonitas, Amorreos, jebuseos, fenicios...) pelearían contra los descendientes de Sem.
¿Por qué Noé maldice a su nieto en vez de a su hijo que fue el causante de su malestar?
No tenemos una respuesta en la Biblia al respecto, pero es de suponer que si en Génesis 9: 1 Dios Bendice a Noé y a sus hijos, este, no se atreviera a maldecir a quien ya Dios había bendecido.
Sus palabras fueron proféticas y se cumplieron en el tiempo.

Génesis 9: 20-27
20.Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;
21.y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.
22.Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.
23.Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.
24.Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,
25.y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.
26.Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
27.Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.

CONCLUSIÓN

Noé creyó a Dios y a pesar de la oposición que encontró en el camino no desistió de luchar para mantenerse integro. No somos muy diferentes de el, vivimos tiempos donde la falta de fe, la corrupción y la violencia van en aumento, es difícil no contaminarse en medio de tanta podredumbre, pero si nuestra fe está bien cimentada podremos perseverar y salvar nuestra vida y quien sabe si con nuestra actitud y ejemplo contribuimos sin saberlo a salvar la vida de muchos.
Cuando Noé se embriagó, no fue un pecado propiamente dicho, en realidad fue una pequeña debilidad que se permitió como consecuencia de que estaba contento de recoger el fruto de su viña. La tierra estaba tranquila, no tenía luchas ni problemas, en realidad se podría decir que tenía mucho tiempo libre para estar ocioso.
La ociosidad es peligrosa, diría que es más fácil mantenernos firme en las pruebas y desiertos que en los tiempos de bonanza y reposo, pues al relajarnos bajamos la guardia y nos hace vulnerables a caer en cualquiera de las tentaciones que se nos presentan.
Fruto de esa ociosidad Noé se embriagó y maldijo a su nieto y a su descendencia.
Cuidemos nuestra actitud y nuestras palabras las cuales tienen mucho poder, tanto para bueno como para malo, y cuidemos también que la ociosidad no gobierne nuestras vidas, sino que por el contrario, seamos diligentes y solícitos en hacer lo bueno delante de Dios y de los hombres.


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