ES
NECESARIO APRENDER A VALORAR LO QUE TENEMOS ANTES DE PERDERLO
¿Cuantos
de nosotros nos hemos dado cuenta de lo que hemos perdido cuando ya
no lo tenemos?
Tengo
experiencia en este tema y estoy aprendiendo a valorar más lo que
tengo por insignificante que parezca, ya que todo forma parte de las
riquezas con las que Dios me bendice cada día.
Sin
embargo, aparte de valorar sus muchas bendiciones me pregunto:
¿Cuantos
de nosotros creemos en Dios? es decir, que Él existe, que está ahí,
o ¿Cuantos de nosotros creemos a Dios? Dicho de otra manera
¿cuantos de nosotros creemos en su Palabra y confiamos plenamente
en Él?
Hay
dos aptitudes nuestras que nos impiden valorar a Dios y la obra
preciosa que Él quiere hacer en nuestra vida:
1) LA DECEPCIÓN
Marcos 11: 1-10 la
entrada triunfal en Jerusalén
1 Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos,
2 y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo.
3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá.
4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.
5 Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?
6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.
7 Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.
9 Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!
Si
pudiéramos visualizar la imagen de Jesús entrando a Jerusalén le
veríamos sentado sobre un pollino, un asno joven, de corta edad que
aún nadie había montado, símbolo de humildad, de paz. Normalmente
cuando un rey entraba en una ciudad lo hacia sobre un caballo, dando
a demostrar su fuerza, poder y realeza. Una entrada, la de Jesús un
tanto curiosa para algunos y decepcionante para otros.
Jesús
era EL ESPERADO, EL REDENTOR, EL LIBERTADOR, EL REY.
Aquel
que por fin se ocuparía de su pueblo, afligido por los romanos.
Quien
cuidaría de lo despreciado y afligido del mundo.
Israel
pensaba que el Mesías restauraría nacionalmente a Israel y
gobernaría políticamente las naciones.
...¡¡Pero
no cumplió sus expectativas!!
-¿Alguna
vez te ha decepcionado el Señor?
-¿Quizás
creías que sería de otra manera cuando Cristo estuviera en tu vida?
-Si
las promesas de Dios han tardado en cumplirse ¿te has impacientado
y has dudado de su cumplimiento o si verdaderamente era Dios quien te
habló?
-¿Has
dejado que Dios te explique algo que no entiendes?
No
debemos olvidar que el propósito de Dios es enseñarnos su voluntad
y bendecirnos, aunque no siempre los caminos del Señor nos
parezcan justos o buenos.
¿Que
pasó con el pueblo de Israel cuando se sintieron decepcionados de lo
que ellos esperaban y creían que sería el Mesías?
No
habían logrado comprender el propósito expresado por Jesús con
respecto a su venida al mundo.
La
misma multitud que le aclamó como Rey después le gritaría:
¡¡¡CRUCIFÍCALE!!!, al ver que no era el Mesías que deseaban.
Marcos 15: 13
Y
ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale!
Miremos
lo que significa la palabra Mesías
Mesías,
viene del hebreo y significa "Ungido". El Ungido de Dios
para liberar a su pueblo, el Libertador. El
término equivalente en griego
es
χριστός (khristós,
«ungido»),
el Redentor enviado por Dios (persona redentora en quien
fervientemente se espera).
FERVOR:
piedad grande, entusiasmo.
FERVIENTEMENTE:
Devoción, unción, exaltación, ardor, fogosidad, excitación.
Esta
es a actitud que debe tener un cristiano, la de esperar en Cristo
fervientemente.
Reflexionemos en ello,
es muy importante.
¿Esperamos con fervor lo que Dios quiere hacer en nuestra vida? o
¿nos
hemos cansado o decepcionado como le pasó al pueblo de Israel?
Es
posible que en un principio esa fuera nuestra actitud, la de esperar
con fervor, pero como los acontecimientos en nuestra vida no han sido
como esperábamos nos desalentamos y decepcionamos, echando mano de lo
que tenemos más al alcance de nuestra mano: el mundo y su afán, no
dejando que Dios se ocupe de nosotros para darnos lo que necesitamos.
Cuando
nos sentimos decepcionados por Dios debido a que nuestras
expectativas no se cumplen conforme a nuestros propósitos
corremos el peligro de echar mano a lo que tenemos a nuestro
alcance y que mejor conocemos: el mundo y sus afanes.
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2)
DEJARNOS AHOGAR POR EL MUNDO
Lucas 8: 11-15
Jesús
explica la parábola del sembrador.
11.
Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
12.
Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el
diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se
salven.
13.
Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la
palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún
tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
14.
La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose,
son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida,
y no llevan fruto.
15.
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón
bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con
perseverancia.
Resaltamos
Lucas 8: 14. Esta clase de espinos y mala hierba puede lenta pero
seguramente ahogar la Palabra de Dios en nuestra vida.
El
diablo pone a nuestro alcance toda clase de tentaciones para que
desechemos las cosas de Dios, siempre con una buena justificación,
a él no le faltan argumentos para convencernos, ya lo hizo con Eva y
lo sigue haciendo con nosotros, o por lo menos lo intenta cada vez
que le damos la oportunidad.
Cada
uno de nosotros deberíamos preguntarnos:
¿Que
está ocurriendo en mi vida?
¿Me
están atrapando cada vez más las cosas temporales de este mundo?
¿o
por el contrario la Palabra de Dios y las cosas celestiales son más
importantes para mi a medida que pasa el tiempo?
Esta
debería ser nuestra reflexión, no sería bueno desaprovechar lo
que tenemos.
Y
lo que tenemos es a Dios con nosotros!! su Espíritu Santo está
siempre presente, aunque no nos demos cuenta.
Estamos
en el tiempo de la gracia!!
CONCLUSIÓN
Es
mi deseo que la enseñanza que Jesús nos dejó la aprendamos y nos
sea útil y de bendición no solo para nosotros sino para el mundo y
que su voluntad sea una realidad en nuestra vida.
Lucas
19: 41-44 La gran tristeza del Señor
41.
Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
42.
diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu
día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.
43.
Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán
con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,
44.
y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no
dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo
de tu visitación.
Mirad
como puede sentirse Dios si dejamos escapar esta enseñanza. Jesús
lloró por Jerusalén, pero también por su Iglesia cuando no
valoramos lo que tenemos, porque como he dicho anteriormente, tenemos
a Dios mismo con nosotros y en nosotros. Esto no quita que tengamos
tormentas en nuestra vida.
Pero
Jesucristo dice: "Paz", en medio de la tormenta y no
dejará que nuestro barco se hunda.
Pensaba
en todas las tormentas que hasta ahora he tenido en mi vida, pero de
todas me ha sacado el Señor y lo que es mejor, con una enseñanza
que me ha bendecido mucho y puede bendecir a los demás.
Termino
esta reflexión con las palabras que Dios mismo dijo en Juan 16:
25-28 y 33
25.
Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya
no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré
acerca del Padre.
26.
En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré
al Padre por vosotros,
27.
pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y
habéis creído que yo salí de Dios.
28.
Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y
voy al Padre.
33.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el
mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
¡Porque
sí hay esperanza para el mundo!
Jesús
puso su vida por el mundo y nosotros somos sus servidores para este
propósito.
QUE
DIOS NOS BENDIGA GRANDEMENTE CON TODA CLASE DE BENDICIONES EN
CRISTO JESÚS.