¿SOY
SALVO O VIVO EN UNA MENTIRA?
INTRODUCCIÓN
Hace
algunas semanas escuche una predicación de Ana Méndez que me
impacto, su título: "Llamados a ser hijos de Dios", y he
de decir que me impresionó tanto que consideré la necesidad de
compartir este mensaje.
La
idea principal es que Dios quiere levantar hijos suyos sobre la faz
de la tierra, entendiendo como hijo aquel que después de haber sido
engendrado espiritualmente mediante su aceptación de Cristo,
alcanza la madurez y puede ser manifestado como "hijo de Dios"
y heredero de todas sus promesas juntamente con Cristo.
Lo
que me llamó la atención de este mensaje es que de alguna forma
confirmaba el pensamiento que durante años he tenido: que la
salvación es algo más que repetir una frase prefabricada e implica
un proceso de crecimiento, que a lo largo de ese proceso los frutos
del Espíritu han de manifestarse como algo natural, tan sencillo
como que un manzano de manzanas y un naranjo de naranjas. Los árboles
no se cuestionan que fruto van a dar, su misma naturaleza es la que
determina su fruto, así es con el cristiano que ha nacido de nuevo,
si Cristo vive el él, su misma naturaleza divina será manifiesta
mediante los Frutos del Espíritu. Si esto no ocurre, es posible que
nunca se produjera ese nuevo nacimiento, o bien la semilla cayó en
tierra árida y no pudo germinar, o que los avatares de este mundo la
ahogasen.
En
cualquier caso la salvación no solo es aceptar a Cristo, eso es solo
el principio, el momento en el que Dios deja caer su semilla en
nuestra vida, ahora queda por delante todo un proceso de crecimiento
que implica buscar a Dios, pasar tiempo con él, conocerle y buscad
su Reino para que sea establecido en nosotros. Desde el momento en
que le aceptamos ya no somos de este reino terrenal, nuestra vida ha
de regirse por los principios del Reino de Dios, de ahí la necesidad
de conocer su Palabra.
Es
de vital importancia entender lo que significa realmente el "NUEVO
NACIMIENTO", porque de ello depende ser verdaderamente "hijos
de Dios" o vivir en una mentira muy peligrosa que nos puede
hacer perder la salvación.
Si
estás interesado en saber lo que significa realmente ser "hijo
de Dios" sigue leyendo. Aquí os dejo algunas palabras textuales
de la predicación de Ana Méndez, al final dejaré el enlace de
YouTube para que podáis escuchar el mensaje.
LLAMADOS
A SER HIJOS DE DIOS: DIFERENCIA ENTRE NIÑO ESPIRITUAL E HIJO DE
DIOS.
ISAÍAS
9: 6-7
6.
Porque un niño nos es
nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno,
Príncipe de Paz.
7.
Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono
de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio
y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los
ejércitos hará esto.
Dios
quiere levantar hijos sobre la faz de la tierra.
Hijo
no solo es aquel que nace de los lomos del padre, sino que en el
hebreo, en la cultura judaica y en el pensamiento de Dios un "Hijo"
es un título, alguien que tiene derecho a ser el heredero de todas
las cosas.
GÁLATAS
4: 1-7
1.Pero
también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere
del esclavo, aunque es señor de todo;
2.sino
que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el
padre.
3.Así
también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud
bajo los rudimentos del mundo.
4.Pero
cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido
de mujer y nacido bajo la ley,
5.para
que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.
6.Y
por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu
de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
7.Así
que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de
Dios por medio de Cristo.
Aquí
vemos algo muy importante: "En tanto que el niño es niño no
puede ser heredero"
Jesús
nació como un niño, pero no con el título de "Hijo".
El
apóstol se refería al pueblo de Israel, que aunque tenían todas
las promesas de Dios, lo mismo que un niño, no podían entrar a
heredar la promesa de ser hijos sino hasta que Jesús vino en carne y
se manifestó en medio de nosotros.
Pero
esto también es un principio divino, ya que nosotros somos niños
al principio de nuestro crecimiento espiritual hasta que alcanzamos
madurez y podemos ser manifestados como hijos de Dios.
ROMANOS
8: 19
19.Porque
el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación
de los hijos de Dios.
Por
eso mientras somos niños estamos bajo los rudimentos del mundo,
entendiendo por rudimento los principios, lo que que caracteriza la
niñez espiritual, cuando nos movemos en los principios de este
mundo, en un tipo de religión, queriendo hacer las cosas para
agradar a Dios pero a través del sistema de este mundo.
Pero
lo que Dios quiere es que crezcamos en una estatura para ser hechos
hijos de Dios en poder, porque cuando pasas de la estatura de niño a
la estatura de hijo, entonces entra la manifestación de Dios: en
que el Hijo mismo empieza a vivir a través de ti, empieza a hablar a
través de ti, empieza a hacer las obras del Padre.
Por
eso es tan importante que nosotros entendamos que no nos hemos
acercado a una religión, que no nos hemos acercado a un sistema
religioso en el cual venimos a aprender un montón de versículos, un
montón de normas, a ser parte de una membresía...etc., y aunque
esto está bien, no nos lleva donde Dios nos quiere llevar, y por eso
hoy tenemos la Iglesia en el estado en el que está: La Iglesia es
una pequeña niña que no se mueve en el poder, en la autoridad y en
la santidad que se debiera de mover.
Como
dice Gálatas 4: 1, si llevas poco tiempo en el Señor es bueno que
estés bajo tutores y curadores; pero si ya llevas un tiempo en el
Señor no puedes mantenerte en este estado de niño, buscando un
tutor, alguien en el mundo natural en quién poder apoyarte, que
pueda ayudarte o que pueda curar todas tus heridas.
Es
verdad que hay un tiempo y una estación para todo esto, pero Dios
quiere que crezcamos, y ese crecimiento va a ser cuando entendamos
como la simiente de Dios entra a vivir en nuestros corazones para ir
creciendo y transformándose en la que va a ser la misma naturaleza
de Cristo en nosotros.
Como
decía el apóstol: "ya
no vivo yo, más Cristo vive en mí..." (Gálatas 2: 20),
"...Cristo en vosotros, la esperanza de gloria"
(Colosenses 1: 27).
Cuando
somos hijos, cuando entramos a ese nacimiento de poder ser hijos de
Dios, entonces el mismo "Hijo", es decir, Cristo mismo, es
el que le habla al Padre para que traiga sobre nosotros el Espíritu
de adopción.
JUAN
1: 1-5; 12-14
1.En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios.
2.Este
era en el principio con Dios.
3.Todas
las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho.
4.En
él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5.La
luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron
contra ella.
12.Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; (aquí
utiliza la palabra "hijo" y no "niño")
13.los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios.
14.Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.
Aquí
vemos palabras que nos van a ser claves, el apóstol Juan nos dice que
Dios nos da la autoridad, la potestad de poder a llegar a ser "hijos
de Dios" con poder, habiendo sido engendrados.
"Engendrado"
es diferente a "nacido"
Un
bebé engendrado no es un bebé nacido, solo es el futuro heredero de
sus papás, pero este heredero tiene que pasar necesariamente del
tiempo de gestación al tiempo de nacimiento.
La vida espiritual tiene similitudes con la vida
natural.
De la misma manera que un bebé antes de su
nacimiento, durante su gestación, necesita tiempo para madurar y
estar listo para su venida a este mundo y adaptarse de manera
natural a una forma de vida diferente a la que tuvo en el vientre
de su madre, así es el nuevo nacimiento espiritual, primero somos
engendrados por Dios, y esa semilla debe de ir creciendo dentro de
nosotros hasta que poco a poco va transformando nuestra vida,
nuestra manera de pensar, de sentir, de actuar..., y es entonces
cuando la nueva manera de vivir en nosotros, cuando esa
transformación que se ha producido deja traslucir a Cristo es
cuando el Padre reconoce a su Hijo en nosotros y al ser uno con
El, también nos reconoce a nosotros como hijos suyos.
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Cuando
recibimos la simiente gloriosa del Hijo de Dios (y esto es muy
importante, porque no es simplemente repetir un versículo o la frase
"Señor yo te recibo en mi corazón...", de manera mecánica
como que no entendimos nada), se está refiriendo a los que creen en
su nombre, aquí se está hablando de una verdadera conversión.
El
cristiano verdadero ha de tener un entendimiento diferente de las
cosas de Dios. La Palabra de Dios, el Reino de Dios tienen un
fundamento: Cristo es el fundamento de su Iglesia.
Esta
simiente (ver parábola del sembrador), tiene que entrar en el
corazón, y esto no es un asunto como he dicho de repetir simplemente
versículos en una forma religiosa, sino que ocurre mediante
revelación:
"...Los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios."
La
única forma de poder ser engendrados es que el Padre, quien tiene la
Simiente de Vida que es Cristo, nos engendre. Nadie viene a Jesús si
el Padre no le trajere. Juan 6: 44
Jesús
es revelado al corazón del hombre a través del Padre, a través de
un corazón que genuinamente invoca el nombre de Dios, porque anhela
y cree que al entrar a esa salvación tan grande, Jesucristo, la
Simiente Viva, que viene a través del Padre va a transformar
totalmente su vida.
Es
necesario e importante entender esto, invocar el nombre de Dios es
invocar su santa presencia. El es el Dios que hizo los cielos y la
tierra, la Luz Verdadera que viene al hombre, e ilumina el
entendimiento para hacernos saber que en ese momento algo tan
poderoso va a suceder en nuestras vidas, y es que Jesús mismo va a
entrar a vivir en nuestros corazones que aunque están hechos un
desastre son corazones contritos y humillados. En ese momento es
cuando entra la Simiente de Vida (Jesús), la Simiente de Luz que
viene del Padre nos engendra espiritualmente para llegar a tener la
posibilidad de ser hecho "hijos de Dios".
Por
su infinito amor, el Padre planta esa simiente en nuestros corazones,
y esa simiente tiene que ser humedecida por su presencia, por la
oración,... es importante tomar en nuestras vidas esa perla de gran
precio y reconocer que recibir a Dios no es recibir un regalo
material, sino que es recibir algo que tiene un peso eterno, algo que
va a transformar toda mi vida.
Y
cuando esa Luz que es la vida de los hombres entra dentro de ti,
empieza a transformar tu entendimiento, empieza a tener un efecto
dentro de tu mentalidad, y las cosas que antes te parecían normales
hacer, los rudimentos de este mundo, como es forma en que hablas, la
manera en que te relacionas con otros... etc. comienza a cambiar. Tu
ya no perteneces a este mundo, y eso te va marcando y te va
confirmando que la Vida ha entrado en ti.
El
mismo apóstol Juan escribe acerca de ser engendrados y tener la
potestad de ser hechos hijos de Dios:
1ª
JUAN 3: 6-9
6.Todo
aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido.
7.Hijitos,
nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
8.El
que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las
obras del diablo.
9.Todo
aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido
de Dios.
Si
observamos el versículo 9 veremos como hace una diferencia, ya no
habla de ser engendrados, habla de nacimiento, algo que implica un
proceso y que llevó un tiempo.
Es
poderosísimo poder entender lo que dice Juan en cuanto que el
nacido de Dios no practica el pecado porque la simiente le guarda,
algo dentro de nosotros no nos permite seguir haciendo las mismas
cosas que veníamos haciendo, porque el nacido de Dios ya tiene al
Hijo viviendo dentro de sí.
Aceptar a Cristo es permitir que Dios siembre tu
vida con su semilla.
Cuando la semilla de Dios entra en ti y eres
engendrado, comienza un cambio que va a transformar tu vida.
El nuevo nacimiento se da cuando la semilla ha
llegado a su grado de madurez y comienza a manifestar sus frutos.
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El
que ha nacido de nuevo es alguien que ha nacido de Dios y es
constituido un "hijo de Dios".
"Un
niño nos es nacido, un hijo nos es dado"
Por
eso es tan importante entender que Jesús, antes de ser bautizado,
aunque era obviamente el hijo de Dios, el engendrado de Dios,
mediante su bautismo pasó a ser "EL HIJO DE DIOS". Hay un
momento en la historia en que Jesús se vuelve el "Cristo",
el "Hijo de Dios" como título asignado por el Padre cuando
anuncia: "Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia".
Y
cuando nosotros nacemos, es decir pasamos del momento de gestación
espiritual al momento del nacimiento, entonces el Padre también dice
de nosotros: "Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia"
Cristo
dentro de ti, es ese Hijo que el Padre está reconociendo, ya que al
unirse contigo y crecer y formarse y tomar todas las áreas de tu
vida, el Padre, al ver a Jesús traslucirse a través de tu vida
anuncia a los cielos y anuncia a la tierra: ¡este es mi hijo bien
amado!
El Padre te reconocerá como hijo suyo cuando
Cristo se deje traslucir a través de tu vida.
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Es muy
importante pasar de ser niños a ser hijos.
1ª
JUAN 3: 10
10.En
esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo
aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Necesitamos
ser gente de justicia que dejemos actuar esa vida que es Cristo y
que empiece a tomar todo lo mortal que está en nosotros para que
podamos ser constituidos "hijos de Dios".
ROMANOS
1: 1-5
1.Pablo,
siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios,
2.que
él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,
3.acerca
de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David
según la carne,
4.que
fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de
santidad, por la resurrección de entre los muertos,
5.y
por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a
la fe en todas las naciones por amor de su nombre;
En
estos versículos hay una declaración fortísima.
¿Que
es lo que declara hijo de Dios con poder? Es el Espíritu de la
Santidad, por eso el que es nacido de Dios no práctica el pecado,
por eso los nacidos de Dios caminan en justicia, por eso los nacidos
de Dios aman a su hermano y a todo aquel que es de Dios, y aún aman
a aquel que no es de Dios y buscan traerlos a Dios para que no se
pierdan.
¿Y
que es la SANTIDAD? La Santidad no es lo que hacemos, como nos
peinamos, como vestimos...etc, la Santidad tiene que ver con esa Vida
manifestándose, con esa dirección del Espíritu que nos va a llevar
a ser nacidos de Dios.
ROMANOS
8: 14
8.y
los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
9.Mas
vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es
que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él.
10.Pero
si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa
del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
13.porque
si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu
hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14.Porque
todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
de Dios.
CONCLUSIÓN
Para
ser salvos no basta con aceptar a Cristo, esto no es el final sino
el principio de un proceso de gestación espiritual que nos lleva
a una madurez en la que estaremos listos para ser aceptados como
verdaderos hijos de Dios.
Si
has llegado al final de este mensaje, y estás leyendo estas
palabras, te invito a que reflexiones en cuanto a tu vida
espiritual.
Si
decidiste aceptar a Cristo y transcurrido el tiempo tu vida no ha
sufrido una transformación, es que algo no está funcionando. No
te engañes, la Palabra es muy clara en este sentido, nadie que no
sea guiado por el "Espíritu de Dios" puede llamarse
"hijo de Dios".
|
RECOMENDACIÓN:
Como
dije al principio, esta predicación es de Ana Méndez y a
continuación paso el enlace para cuantos quieran escucharla.
Llamados
a ser hijos de Dios.