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ENTRA EN
EL
REPOSO DE DIOS:
UN
NUEVO PACTO
El
nacimiento de un hijo deseado es la mayor alegría que podemos tener
como padres, es un gran acontecimiento para toda la familia. Antes de
que el bebé venga a este mundo los papás hemos de hacer algunos
cambios en nuestro ritmo cotidiano e infinidad de preparativos, es
una ilusión muy grande que va a cambiar para siempre nuestras vidas.
Desde el mismo momento en el que le vemos su carita, un sentimiento
muy profundo de amor y protección nos inunda completamente, y
nuestro bebé se convierte en el centro de nuestras vidas, a partir
de ahora todo va a girar en torno suyo. Tal es así que pasado un
tiempo no entendemos como hemos podido vivir sin él, como era
nuestra vida antes de que naciera.
Durante
su crecimiento todo es motivo de celebración, su primera sonrisa,
sus primeras palabras, su primer diente, sus primeros pasitos...,
¡¡Nos sentimos tan felices que solo hablamos de nuestro hijo o
hija, como si no hubiera otro tema de conversación!! La verdad es
que resultamos un poco pesados, pero la ocasión lo requiere, es algo
natural, como dice el proverbio: de lo que hay en el corazón habla
la boca. También procuramos proveerle de todo lo que necesita para que se
desarrolle con normalidad, tanto física, emocional e intelectualmente.
Puede que nosotros hallamos tenido muchas carencias, pero para
nuestro hijo deseamos que no le falte nada y a ser posible lo mejor.
Sin
embargo, y debido a ese amor y deseo de protección, también
comenzamos a sufrir por ellos: cuando enferman, cuando sufren alguna
caída, al separarnos de ellos para ir al trabajo, cuando tenemos
noticias de que en el colegio se burlan y le pegan sus compañeros,
cuando les vemos fracasar en los estudios, si sufren una ruptura
sentimental...
¡Cuantas
veces hemos querido evitarle sufrimiento y no hemos podido! Verles
tan frágiles y vulnerables nos daña el corazón de padres y aunque
sabemos que tienen que aprender de los problemas, siempre estamos
dispuestos a prestarles nuestra ayuda de manera desinteresada.
Si
estos pequeños reveses de la vida de un niño, pueden causar
sufrimiento en los padres, imagina cuando esos problemas se
convierten en verdaderas pesadillas. Los hijos crecen y no siempre
podemos controlar sus movimientos ni sus amistades, tampoco podemos
saber lo que hacen ni en qué líos pueden estar metidos. Los métodos
de educación y disciplina que hemos empleado cuando son pequeños no
funcionan en la adolescencia ni en la madurez, se nos escapa de las
manos el control de sus vidas, les vemos deslizarse hacia un camino
de perdición y nada de lo que hagamos o digamos surte efecto. Cuanta
tristeza y amargura se ve reflejada en la mirada de aquellos padres
que sus hijos han terminado inmersos en el mundo de las drogas, o
formando parte de alguna banda callejera, o acaban sus días en
alguna prisión. Seguro que se preguntarán una y mil veces en que se
han equivocado, que han hecho mal para que sus hijos hayan llegado a
esa situación.
Bueno,
ya se que los padres no somos perfectos, y que cometemos muchos
errores, pero eso no es motivo para culparse y atormentarse por las
desgracias que a veces ocurren a nuestros hijos. Si de algo se nos
puede acusar a los padres es de un exceso de celo y protección, pero
estoy convencida que ninguno desea para sus hijos una desgracia
semejante, sino que por el contrario su lucha ha sido
proporcionarles lo mejor para que fueran felices. Los seres humanos
somos rebeldes por naturaleza, no siempre sabemos valorar y entender
la labor tan difícil de ser padres hasta que nos toca serlo a
nosotros, y a veces, por desgracia tomamos caminos equivocados que
pueden traer mucho dolor y sufrimiento. Por mucho que amemos a
nuestros hijos, si estos, haciendo uso de su libertad, deciden seguir
su propio camino, aunque este le lleve a la muerte, tristemente poco
podremos hacer.
Cuando
comprendemos el verdadero significado de ser padres, el amor tan
profundo y desinteresado, los continuos desvelos, el deseo de
protección para librarlos de cualquier peligro que les aceche, el
gozo de verles felices y el sufrimiento cuando les vemos andar por
caminos torcidos a sabiendas de los peligros que les puede esperar
al final del mismo, podemos entender mejor el sentimiento de Dios
hacia el hombre, hacia cada uno de nosotros, y el deseo profundo de
salvarnos y cuidarnos, porque Dios, como Padre nuestro que es, nunca
ha dejado de amarnos, su compasión y misericordia han sido una
constante a pesar que de nosotros no siempre lo hemos reconocido.
Cuando
el hombre decidió seguir su camino y se apartó de los consejos de
Dios, su vida fue de mal en peor, a tal punto llegó la maldad que
Jehová decidió destruir toda la tierra, pero tuvo compasión al ver
a Noé, y proveyó para él y su familia salvación y refugio.
Con
el paso del tiempo los hombres volvieron a olvidarse nuevamente de
Dios, y en esta ocasión Abraham halló gracia a sus ojos y prometió
hacer de él un pueblo para sí, le daría un lugar donde habitar en
paz, y el les cuidaría y protegería de sus enemigos. De su
descendencia nacería el Mesías. Moisés lideró al pueblo para que
entraran en la heredad prometida. Pero el pueblo de Dios, también se
deslizó en pos de otros dioses, la desobediencia y la incredulidad
les llevó al fracaso total perdiendo el favor de Dios por varios
siglos.
Pero
la promesa a Abraham continuó vigente, hasta que llegado el tiempo,
Jehová se acordó nuevamente de su pueblo y tuvo compasión de
ellos. En esta ocasión Dios tenía un plan diferente, algo mucho
más grande, ya no tendrían que construir ningún arca, ni darles
leyes nuevas que no pudieran cumplir, ni tendrían que hacer
continuos sacrificios de animales para redimir su pecado, ahora
enviaría a su Hijo, para que a través de su muerte pagara el
rescate de todos. El hombre al apartarse de Dios rompió el vínculo
que les unía. Y de la misma manera que cuando cortas una rama de un
árbol, es cuestión de tiempo que esta rama al no tener savia se
seque completamente y sea utilizada para ser quemada, así el hombre
estaba condenado a morir para siempre si no era de nuevo injertado en
Dios.
El
amor y la compasión que Jesús sintió al ver el estado tan
lamentable en el que se encontraba el hombre, lo expresó cuando al
comenzar su ministerio, fue a Nazaret, y al entrar a la sinagoga, el
día de reposo, como era su costumbre, se levantó a leer. Y se le
dio el libro del profeta Isaías; y cuando abrió el libro leyó
donde estaba escrito:
"El
Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A
predicar el año agradable del Señor.
Y
enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Y
comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de
vosotros." Lucas 4: 18-21
En
Jesús se cumplía la Promesa que el profeta Isaías había dicho
tiempo atrás.
Jesús
vino a salvar lo que se había perdido, a pregonar a los que nos
sentimos cautivos que hay una esperanza de libertad, a quitarnos el
yugo que nos oprime, a predicar que ya es el tiempo propicio de Dios
para darnos su bendición, solo tenemos que creer en Él con todo
nuestro corazón, porque el justo por la fe vivirá, y sin fe es
imposible agradar a Dios.
Pero
había otra sorpresa agradable, Dios no solo vino para el pueblo de
Israel, también le importaba el resto de los hombres, su sacrificio
fue tan grande que sus bendiciones nos alcanzó a todos.
Acerquémonos
con fe al trono de su gracia, no dudando de su amor, sabiendo que él
nos conoce por nuestros nombres y tiene cuidado de nosotros, Él es
fiel para cumplir su propósito en nuestras vidas. No tengamos temor
de lo que pueda acontecernos, Dios tiene pleno control, nada podrá
dañarnos sin su consentimiento mientras permanezcamos bajo su
cobertura. Y si hemos de ser probados, piensa que nunca estaremos
solos, su Espíritu irá con nosotros y nos infundirá aliento y nos
fortalecerá hasta que todo haya pasado y nuestra fe, más preciosa
que el oro, brille para alabanza de nuestro Señor.
TRES
PACTOS DE DIOS CON EL HOMBRE
Pacto
de Preservación (incondicional)
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Pacto
de la Ley
(condicional)
|
Pacto
de la Gracia
(incondicional)
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NOÉ
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MOISÉS
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JESÚS
|
|
Significado
del nombre
|
"Consuelo,
descanso"
|
"Salvado
de las aguas"
|
En
hebreo Jesúa o Jeshua, es una forma derivada del nombre Josué y
significa "Jehová es salvación". También llamado
Cristo (Christos), nombre griego que cuyo significado es "ungido",
traducido del hebreo Mesías (Mashiah). Jesús es el
nombre personal de nuestro Señor mientras que Cristo es
su título
|
Situación
social
|
La
maldad había llegado a corromper toda la tierra.
|
El
pueblo hebreo clamaba a Dios para ser librado de la esclavitud de
Egipto.
|
Israel
formaba parte del Imperio Romano. La corrupción de sus reyes y
sacerdotes, el abuso de autoridad hacia el pueblo, las divisiones
políticas y religiosas y la idolatría llevaron al pueblo de Dios
a ser esclavos de otro país, pobres y "olvidados de Dios".
|
Decisión y
propósito de Dios
|
Destruir
con un diluvio a todo ser vivo que hubiera sobre la faz de la
tierra salvo a Noé, su familia y una representación de animales
de cada especie según su género y sexo.
|
Escogió
a Moisés para sacar a su pueblo de la esclavitud y llevarlo a la
Tierra Prometida.
|
Debido
al pecado del hombre, la relación con Dios se rompió. Sin
embargo, desde el primer instante Jehová proveyó un plan de
salvación que fue cumpliendo de manera progresiva, siendo su
culminación la muerte de Jesús en la Cruz. Con su muerte pagaría
por todos los pecados de la humanidad, y el hombre tendría de
nuevo acceso a una relación directa con su Dios y creador.
|
Que vio Dios en ellos
|
Halló
gracia ante los ojos de Dios porque era varón justo, era
perfectos en sus generaciones.
|
Un
hombre que aprendió mansedumbre y humildad.
|
Jehová
reconoció en la persona de Jesús a su Hijo amado en quien tenía
complacencia, es decir, que Dios Padre vio en Jesús al único
hombre perfecto capaz de redimir al hombre de su culpa.
Ningún
preso puede redimirse a sí mismo, está obligado a cumplir su
condena, a menos que alguien pueda pagar su rescate.
Jesús
siendo Dios, se hizo hombre para poder cumplir con la condena
impuesta al hombre que era la pena de muerte, y así poder
sacarnos a nosotros de la condición de reos a libres.
|
Pacto de
Dios con ellos
|
"Estableceré
mi pacto contigo, y entraras en el arca tú, tus hijos, tu mujer y
las mujeres de tus hijos contigo,..." Génesis 6:
18-21
|
"Tú
hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros
guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y
vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy
Jehová que os santifico.
Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a
vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque
cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será
cortada de en medio de su pueblo." Éxodo 31: 13-14
|
"He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo
pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como
el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi
pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
Pero este es el pacto
que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice
Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;
y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y
no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano,
diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el
más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado."
Jeremías
31: 31-34
|
Tarea
encomendada
|
Construir
un arca con capacidad para alojar a toda la familia de Noé, los
animales y alimentos necesarios para sobrevivir hasta que el
diluvio pasara.
|
Presentarse
delante del Faraón y pedir la liberación de su pueblo. Una vez
fuera de Egipto, liderarle y guiarle hasta entrar en la Tierra
Prometida.
|
Pagar el
rescate para que el hombre fuera libre y pudiera tener comunión
con Dios nuevamente.
El
pecado del hombre lo apartó de la presencia de Dios, su sentencia
era la muerte eterna. Ningún reo puede rescatarse a sí mismo,
así que necesitaba alguien que pagara el rescate y lo liberara, y
ese fue Cristo, Él quiso poner su vida en sustitución de la
nuestra, para que mediante su muerte y resurrección nosotros
no fuéramos condenados y Él llevara toda nuestra culpa a la cruz.
Leed
Juan 10: 10-18
|
Que
representaba la culminación de cada trabajo
|
El arca
representó el reposo de Dios para todos los que estaban dentro,
el lugar donde pudieron permanecer a salvo de la destrucción que
asoló toda la tierra. Un arca, que por sus características no
estaba hecha para navegar sino para flotar, por lo que no era el
hombre quien llevaba el timón, sino Dios mismo el encargado de
que llegaran a buen puerto.
|
La
Tierra Prometida era el lugar que Dios había escogido para dar
reposo a su pueblo, una tierra fértil donde podrían tener paz
y seguridad. Él sería su Rey y les gobernaría con justicia y
misericordia.
|
Dios
mostró su amor por nosotros, en que siendo pecadores, Cristo
murió por nosotros y fuimos reconciliados con Él.
Ahora,
por medio de la fe en Jesucristo somos justificados gratuitamente
por su gracia.
Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Romanos
5:1
|
Actitud del
hombre
|
Por
la fe NOÉ,
cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se
veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y
por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia
que viene por la fe. Hebreos 11: 7
La
fe, la obediencia y la perseverancia fueron las cualidades
principales que les abrió las puertas al reposo de Dios.
Y
después del diluvio Dios habló a Noé y les mandó que saliesen
del arca y que fructificasen y se multiplicaran por toda la
tierra.
Noé
levantó altar a Jehová y le adoró. Esta actitud de
agradecimiento agradó a Dios.
|
Cuando
salieron de Egipto camino de Canaán, en el desierto, el pueblo
tuvo sed y se quejó, Dios hablo a Moisés y a Aarón para que
hablaran a la roca y que esta diera agua para saciar la sed, pero
Moisés enfadado habló al pueblo con dureza y en vez de hablar a
la roca lo que hizo fue golpearla. Moisés representaba a Dios, su
actitud y comportamiento era importantísimo para no dar una
imagen equivocada al pueblo de quien era Dios y del amor que les
tenía a pesar de sus continuas quejas. Esto le valió que Jehová
les desechara a Moisés y a su hermano Aarón para que
introdujeran al pueblo en la Tierra Prometida.
La
incredulidad de que Jehová pudiera darles la victoria en la
conquista de la Tierra Prometida frente a un enemigo muy poderoso
les costó cuarenta años de peregrinaje por el desierto hasta que
esa generación muriera.
Cuando
por fin conquistan Canaán, la rebeldía e incredulidad fue una
constante en Israel, no escucharon a Dios ni a sus profetas que
les advertían del peligro de su desobediencia.
|
Despreciado
y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas él
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados.
Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado
él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció,
y no abrió su boca.
Por cárcel
y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la
rebelión de mi pueblo fue herido.
Y
se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en
su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Isaías 53: 3-9
|
Consecuencias
y resultados
|
Jehová
prometió que nunca más volvería a maldecir la tierra por causa
del hombre, ni volvería a destruir todo ser viviente.
Mientras
la tierra permanezca no cesarán la sementera y la siega, el frío
y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Génesis 8: 22
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Su
rebeldía e incredulidad les valió que Dios se apartara de ellos,
dejando el camino libre a sus enemigos. Fueron perseguidos,
esparcidos y llevados cautivos a otros pueblos.
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La obra
de Jesucristo nos hizo renacer a una esperanza viva para una
herencia incorruptible.
Ahora, a
los que creemos en Cristo, Dios nos ha hecho linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar
las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz
admirable.
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